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Migración: el gran viaje de las aves

¿Qué es la migración?

La migración es un fenómeno muy común en la naturaleza. Célebres son, por ejemplo, las migraciones del atún rojo -del cual ya hemos hablado-, de la mariposa monarca en América, de los ñus en África o de las tortugas en casi todos los mares del mundo. Así, vemos que no solo las aves, sino también peces, insectos, mamíferos y reptiles pueden ser grandes viajeros.

migración de cigüeñas
Cigüeñas blancas

Podríamos definir la migración aviar como viajes estacionales regulares, ya que existen otros movimientos en las aves que no son regulares y no se consideran migratorios, como pueden ser la dispersión, la invasión, el nomadismo… etc. Los patrones más comunes involucran el vuelo al norte para reproducirse durante los veranos en áreas templadas o árticas y el retorno a las áreas de invernada en regiones más cálidas del sur. Los movimientos realizados a final de invierno o principios de primavera entre el área de invernada y la de cría los conocemos como migración primaveral o prenupcial, y los realizados a final del verano o principios del otoño como migración postnupcial u otoñal. Las aves que no realizan estos movimientos son las llamadas residentes.

La ventaja primaria de la migración es energética. Los días más largos del verano en el norte proveen mayores oportunidades a las aves en reproducción de alimentar a sus polluelos. A medida que los días se acortan en otoño, las aves regresan a las regiones cálidas donde el suministro de alimento disponible varía poco con la estación. Así, aunque el clima sea un factor a tener en cuenta, es la disponibilidad de alimento la que mueve a migrar.

Los movimientos migratorios a larga distancia se dividen en etapas ya que suelen durar varios días o incluso semanas. Por ello, las aves deben parar a descansar y alimentarse en puntos adecuados que se denominan áreas de reposo o de sedimentación y que resultan muy importantes para que el viaje llegue a buen término. En estos lugares las aves, debido a sus concentraciones, son más vulnerables a la depredación o el contagio de enfermedades, así como a cualquier alteración de sus hábitats. Parajes como estos son de vital importancia para la conservación de nuestras aves viajeras.

Existen numerosas estrategias de migración que dependen de la especie, la latitud donde se reproducen, las condiciones meteorológicas, anuales, la distribución histórica de la especie y un largo etcétera. Además, dentro de una misma especie puede haber distinto comportamiento migrador entre individuos dependiendo, por ejemplo, de la edad, el sexo o la población de origen. Un ejemplo curioso nos lo proporciona el pinzón común. En la Península Escandinava, solo las hembras migran y los machos se quedan como residentes, haciendo honor a su nombre científico, Fringilla coelebs, donde el epíteto específico coelebs significa soltero. Cuando el dimorfismo sexual es acentuado (clara diferencia entre los plumajes y/o tamaños entre los sexos), los machos comienzan la migración antes que las hembras.

En algunos casos la migración involucra cinturones estrechos de paso que son establecidos como rutas tradicionales denominadas rutas migratorias. Éstas siguen típicamente cadenas montañosas y líneas costeras, y pueden tomar ventaja de brisas y otros patrones de viento o evitar barreras geográficas como amplias masas de agua abierta. Las rutas tomadas en un sentido y en el de regreso son a menudo diferentes.

Gyps fulvus
Buitres leonados

La fisiología de la migración, su determinación cronológica y la respuesta a ésta son controladas genéticamente y parecen ser rasgos primitivos que están presentes incluso en muchas especies no migratorias. El estímulo fisiológico primario para la migración es el cambio en la duración del día, que provocará cambios hormonales en el ave. En la fase premigratoria fundamentalmente hará aumentar las reservas de grasa, principal combustible en este proceso.

La orientación de las aves se basa en diversos sensores. En muchas especies se han demostrado el uso de una brújula solar, la detección de campos magnéticos, el uso de puntos de referencia visuales así como de pistas olfatorias, que les permiten poseer una especie de mapas mentales. Se cree que las migrantes de largas distancias se dispersan cuando son jóvenes y se apegan a sitios de cría potenciales y a sitios de invernada favoritos. Una vez que el apego al sitio se ha producido muestran una alta fidelidad al lugar, visitándolo año tras año. El seguimiento satelital de rapaces de migración diurna como el águila pescadora (Pandion haliaetus) y el halcón abejero (Pernis apivorus) ha mostrado que los individuos más viejos son mejores al hacer correcciones en caso de deriva provocada por el viento.

Muchas de las aves más grandes vuelan en bandadas, lo que ayuda a reducir el consumo de energía. Las formaciones en V permiten un ahorro de hasta el 20% debido a las turbulencias ocasionadas por el ave precedente. Para alcanzar altura, las grandes aves planeadoras como cigüeñas y rapaces buscan las columnas de aire ascendente o térmicas. El movimiento circular que les permite mantenerse en dicha corriente lo conocemos como el cicleo.

Una vez arriba, se lanzarán hasta la siguiente corriente ascendente. Debido a la necesidad de estas corrientes, estas aves migrarán de día y pasarán dificultades a la hora de cruzar grandes masas de agua, donde no se forman térmicas. El Mediterráneo y otros mares son por lo tanto grandes obstáculos para las aves planeadoras, que se ven forzadas a cruzar por los puntos más estrechos. La altitud a la cual las aves vuelan durante las migraciones varía. La mayoría de las migraciones de aves ocurre en el rango de 150 m a 600 m, aunque hay excepciones cuando se trata de salvar grandes cadenas montañosas como el Himalaya.

Cantidades masivas de grandes rapaces y cigüeñas pasan a través de áreas como  Gibraltar, Falsterbo y el Bósforo en tiempos de migración. Las especies más comunes, como el halcón abejero (Pernis apivorus), se pueden contar por cientos de miles en otoño. Otras barreras, como las cadenas montañosas, también pueden causar grandes concentraciones, particularmente de migrantes diurnas grandes. Este es un factor notable en el cuello de botella migratorio de América central o en Batumi, Georgia, donde las barreras del Cáucaso y el mar Negro producen uno de los embudos migratorios más espectaculares del mundo.

Muchos de los paseriformes y pájaros de pequeño tamaño son migradores nocturnos. Se posan durante a la mañana y pueden alimentarse durante algunos días antes de continuar la migración. Las conocemos como aves «de paso». Al avanzar durante la noche, las migrantes nocturnas minimizan el riesgo de los depredadores y evitan el recalentamiento, además de poder reponer energía durante el día. Un costo de la migración nocturna es la pérdida de sueño, que se solventa con la capacidad de tener un sueño de calidad alterada durante el vuelo para compensar esta pérdida.

Muchas especies se mueven distancias más cortas, pero lo hacen solo en respuesta a condiciones climáticas difíciles. En los trópicos, por ejemplo, hay muy poca variación en la duración de las horas de luz a lo largo del año, y las temperaturas siempre son suficientemente cálidas para un adecuado suministro de alimentos. Aparte de los movimientos estacionales de las especies invernantes del hemisferio norte, la mayoría de las especies se mueven distancias variables dependiendo de la pluviosidad. También en las altas montañas existen movimientos estacionales altitudinales en muchas especies.

Autopistas del cielo europeo

Ruta occidental

Utilizada especialmente por aves acuáticas, rapaces y pequeñas aves del centro y este de Europa. Tiene lugar por las costas atlánticas, los Alpes y los Pirineos. Las aves se concentran en el Pirineo occidental, para después continuar la migración por toda la península Ibérica y concentrarse de nuevo en el área de Gibraltar. De hecho, en el estrecho de Gibraltar pueden verse, en los días de migración intensa, miles de rapaces y cigüeñas cruzando.

Entre todas las aves veleras que migran por el Estrecho, destaca el nutrido flujo de cigüeñas blanca y negra, así como de una veintena de especies de rapaces, entre ellas abejero europeo, milano negro, alimoche común, culebrera europea, aguililla calzada, aguilucho cenizo y gavilán. La cercanía entre ambos continentes, separados por un pasillo de mar de apenas 14 kilómetros, y la variedad de ecosistemas, que permite a las aves alimentarse y reposar mientras aguardan vientos favorables para cruzar el Estrecho, convierten a esta zona en uno de los grandes santuarios mundiales para la migración y a Tarifa en el punto clave para observar uno de los mayores espectáculos naturales del mundo.

Ruta central:

Atraviesa Italia y Sicilia, y posteriormente el mar Mediterráneo, para penetrar en el continente africano por Túnez.

Ruta oriental:

Utilizada por la mayor parte de las aves del norte y este de Europa, así como del oeste de Asia, que cruzan los Balcanes, Grecia y el Mediterráneo, o bien, continúan a través del Líbano e Israel internándose en el este de África.

Rutas de migración de las aves a nivel global:

rutas migratorias mundo
Principales rutas migratorias de aves en el mundo.

Curiosidades. Los campeones de la migración:

El ánsar indio (Anser indicus) ha sido visto volando sobre los picos más altos de los Himalayas ¡a más de 8.000 m!

Algunos especímenes de aguja colipinta (Limosa lapponica), un limícola, tienen el récord del vuelo sin paradas más largo registrado para una ave migratoria, con 11.000 km desde Alaska hasta sus áreas de invernada en Nueva Zelanda. Antes de la migración, más de la mitad de su peso corporal es grasa acumulada para dar energía a este viaje ininterrumpido.

La mayor distancia de migración entre todas las aves la realiza el charrán ártico (Sterna paradisea), al trasladarse de sus áreas de cría en el Ártico a la zona antártica durante la estación no reproductiva. Un charrán ártico anillado en unas islas mar afuera de las costas orientales británicas alcanzó Melbourne, Australia, en solo tres meses después de emplumar… ¡un viaje marítimo de 22.000 km!

Fuentes: