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La biodiversidad de Cantoblanco

Paseo por Valdelatas

El pasado jueves 13 de febrero de 2020 nos adentramos en la exploración del Monte de Valdelatas, con un cielo cubierto pero una temperatura agradable que hace presagiar, como viene sucediendo últimamente, un adelanto de la primavera. Este cercano espacio verde del ámbito periurbano de Madrid es un buen sitio para perderse durante largos ratos, y para conocer todos los rincones debes hacer unas cuantas visitas.

Atardecer en Valdelatas

Fotografía: Carla Culebras

Sus características

Con una extensión aproximada de 300 hectáreas, es un espacio mayoritariamente forestal con una historia cambiante. Las primeras referencias a este lugar datan del siglo XIII, y durante un largo periodo fue en su práctica totalidad una dehesa de encinas (Quercus ilex), formando un área continua con el extenso Monte de El Pardo. Como práctica habitual, estos espacios eran explotados para obtener leña y carbón, y también como terrenos de aprovechamiento cinegético.

El principal acontecimiento en la historia reciente de Valdelatas es su destrucción parcial durante la Guerra Civil, cuando la mayoría del encinar es arrasado. Más tarde se reforestó el monte con pinos, principalmente el piñonero (Pinus pinea), que abunda ahora mismo en gran parte del lugar. No obstante, como dicta la dinámica natural, se puede ver que las encinas van recuperando terreno en detrimento de las coníferas. También se aprecian otras zonas de matorral de sustitución, donde domina la jara pringosa (Cistus ladanifer).

Sus habitantes

Hay otras cuestiones mucho más interesantes en cuanto a la flora, que podemos percibir cuando ampliamos el zoom de la curiosidad. Como que aquí están inventariados más de 500 taxones vegetales, entre los que destaca por belleza y singularidad una orquídea llamada Orchis mascula, que abunda en abril y mayo. También, que en los barrancos ocupados por la vegetación de ribera, se atrinchera una olmeda singular de Ulmus laevis que resiste las penurias sufridas por los olmos en la Península Ibérica.

Cuando hablamos de la fauna, es reseñable el buen estado de las poblaciones de conejo (Oryctolagus cuniculus) y liebre (Lepus granatensis), que abastecen las necesidades de los grandes depredadores como el azor común (Accipiter gentilis). Otros como el jabalí (Sus scrofa), que no tienen amenazas naturales, proliferan y dejan abundantes rastros de su presencia en el lugar. Si tenemos un mayor interés en la ornitología, con paciencia podremos avistar cerca de un centenar de especies de aves diferentes según la época del año.

Otros animales presentes, con una altísima influencia en el modelado del paisaje de Valdelatas, son los rebaños domésticos de oveja Colmenareña. Es una raza autóctona en peligro de extinción, que pasta aquí para mantener un nivel menor de biomasa en el bosque, y que son pastoreadas a través de las áreas delimitadas como fajas cortafuegos. Además, son un elemento que aporta heterogeneidad a la biodiversidad, ya que mantienen en buen estado las zonas de pasto y las comunidades biológicas asociadas a estas.

Fotografía: Gabriel Banegas

Su situación actual

Sin olvidarnos de la importante cuestión normativa, este lugar está declarado como Monte Preservado por la Ley 16/1995. Es una categoría específica de los Espacios Naturales Protegidos de la Comunidad de Madrid, organismo que se encarga de la gestión, y que pretende garantizar la protección del área delimitada. Aunque como parece, puede no ser suficiente para hacer frente a nuevas amenazas como la expansión urbanística, que afectaría gravemente a su también interesante periferia.

Los valores naturales y culturales del Monte de Valdelatas invitan a dedicar más esfuerzos en su conservación integral. No en vano es un espacio transitado diariamente por numerosos usuarios de diferentes perfiles, que aprecian su belleza y el buen estado en el que se encuentra en los últimos tiempos. Por todo ello, desde Vida Silvestre Ibérica te invitamos a conocer y disfrutar con responsabilidad de este magnífico lugar.

Texto: Juanma Santana